Algunos fabricantes de vehículos, como en el caso de Audi, montan una sonda lambda en sus motores Diesel. Se trata de la sonda lambda (sensor de oxígeno), ya muy conocida en el motor de gasolina. Tiene la propiedad de detectar la señal lambda sobre toda la gama de regímenes…
Con ayuda de la sonda lambda en un motor diesel, se procede a regular la recirculación de los gases de escape EGR y con esto se reduce la emisión de humos. El uso de sonda lambda en el tubo de escape de los motores diesel, permite que se pueda instalar de origen un catalizador de oxidación, que convierte una gran parte de los hidrocarburos (HC) y el monóxido de carbono (CO) en vapor de agua y dióxido de carbono.
Este a su vez, permite la utilización de un filtro de partículas, en el cual los gases de escape con contenido de hollín traspasan las paredes filtrantes porosas de los conductos de entrada. Allí se retinen las partículas de hollín.
El filtro de partículas diesel, captura las partículas de hollín y las cenizas del material que no se queman en el tubo de escape.
Las partículas de hollín acumuladas, se queman automáticamente en intervalos regulares cada 300 ó 500 kilómetros, dependiendo de la situación y del tipo de conducción. Este proceso dura alrededor de diez minutos y el conductor no lo percibe.
En general, con esta configuración de escape en los diesel y en combinación con los sistemas de inyección diesel riel común, el nivel de partículas de hollín que no se queman en el tubo de escape, disminuye aproximadamente en un 95%, si lo comparamos con un sistema que no tenga el filtro, catalizador y sonda lambda.
Esto se traduce en un impacto significativo mucho menor en el medioambiente.