Un sistema profesional de pintura automotriz, generalmente, integra componentes y equipos especializados que normalmente no se encuentran con disponibilidad inmediata. Esto debido a que los sistemas pueden ser muy dinámicos y varían de acuerdo a la calidad de trabajo que se busca alcanzar y la capacidad adquisitiva del usuario. Estos sistemas pueden armarse y complementarse en varias formas.
Un sistema profesional de pintura automotriz comprende:
- Cabina de pintura con quemador (ideal).
- Estación de preparado.
- Laboratorio para preparación de pintura.
- Sistema de aire comprimido.
- Compresor (Reciprocante o bien de tornillo).
La importancia de un sistema de pintura conlleva tomar en cuenta cada uno de los objetivos trazados por un taller de enderezado y pintura, todos integrados y buscando un solo objetivo, ¨la satisfacción del cliente¨. Es por ello que la tecnología está avanzando constantemente, para proporcionar materiales con mayor facilidad de uso, mejores calidades de acabado y, finalmente, una mejor durabilidad en sus productos.
Sin embargo, dentro de todos los componentes de un sistema de pintura profesional, la Cabina de Pintura es el eje principal y fundamental para una mejor presentación del trabajo realizado, ya que nos permite alcanzar estética y buenos acabados en la pintura aplicada a los vehículos.
Una cabina de pintura, básicamente, nos permite tener un ambiente controlado, facilita lograr un mejor acabado de la pintura y evita trabajar en ambientes al aire libre, donde la contaminación, viento, basura y demás impurezas son un serio problema para lograr un buen acabado en este proceso.
En todo proceso de pintura profesional se requiere de un curado o secado correcto de la pintura, por lo que lo ideal en las cabinas de pintura es que el equipo incluya un calentador de aire, el cual se trata de un calderín que está integrado al sistema de circulación e inyección de aire en estas cabinas. La circulación de aire dentro de las cabinas requiere de ventiladores en su interior, colocados y dispuestos de manera especial dentro de la cámara para conservar un movimiento de aire al interior de la cabina.
La cabina en su interior cuenta con un ducto lateral por donde se realiza la recirculación del aire al interior del horno, por lo que al programar la cabina para que trabaje el calderín, el aire tiende a calentarse lo que provoca que disminuya su densidad. Este proceso de calentamiento del aire provoca una transferencia de calor a las piezas que se encuentran dentro de la cabina; el calor generado a temperaturas específicas de cada fabricante de pinturas, logra que los solventes se evaporen y se separen de la pintura y logren que las partículas de pintura se cierren al final de este proceso para lograr un secamiento final de todo tipo de pintura.
Estos equipos vienen con un “timer” o controlador de tiempo, para que automáticamente trabajen durante un período de tiempo y a una temperatura predeterminada, con lo cual, mientras el proceso de secado está trabajando, se pueden realizar otras actividades.