Continuamos comentando sobre las funciones que el lubricante realiza en el motor; toca el turno de la función de sellado, el cual va directamente relacionada con la viscosidad del aceite… a mayor viscosidad (espesor) de éste, mayor capacidad de sellado entre piezas del motor en movimiento, así como en la cámara de combustión; veamos:
Como se ve, si el vehículo tiene alto kilometraje recorrido, los factores de desgaste y depósitos en el motor se vuelven una constante importante en el motor, generando pérdida de potencia, mayor consumo de combustible y de aceite (por quema). La solución ideal a esta situación es reparar (overhaul) el motor; sin embargo, dado el alto costo que implica esta reparación, la opción más barata es aplicar un lubricante de mayor viscosidad, que ayudará a reducir el consumo de aceite y renovará la potencia perdida. En el mercado nacional, muchos consumidores optan por aplicar en su motor lubricante monogrado (SAE 40 ó 50), más aditivo “aumentador de viscosidad”, olvidando que al hacer esto se está aumentando la viscosidad del aceite en operación del motor, pero sobre todo en arranque, con lo que el aceite se vuelve sumamente espeso y, por lo tanto, se vuelve crítico el desgaste en este momento por falta de lubricación adecuada en frío. Además, al agregar aditivos extras al lubricante se acelera la formación de depósitos internos en el motor, con lo que bajo ningún pretexto (incluso precio) es recomendable hacer esto.
Si va a aumentar la viscosidad del lubricante con el propósito de reducir quema de aceite y renovar potencia del vehículo, es recomendable que aplique o recomiende lubricantes de alta viscosidad en operación, para ello los 25W50 o los 25W60 son la mejor opción, sin generar efectos secundarios nocivos. Surge la pregunta entonces… ¿todos los 25W60 del mercado son iguales? La respuesta es no, no son iguales, algunos serán más efectivos que otros en su papel de reducir la quema de aceite y renovar potencia pérdida. Para ello, el factor extra a considerar es qué tanto la viscosidad del lubricante soporta el “cizallamiento” o “efecto de corte” que el mismo motor a alta potencia o carga ejerce sobre la capa de lubricante… reduciendo dicho film de aceite con lo que el mismo se vuelve más susceptible de quemarse y generar más desgaste.
La mayor o menor resistencia de la viscosidad del lubricante a estos factores puede verse en la ficha técnica u hojas de datos típicos del aceite en un dato llamado HTHS (Alta Temperatura, Alto Corte), el cual es una medida de la resistencia del lubricante al corte de la película del aceite, midiendo la viscosidad en centipoise (cP) a 150°C. Entre más alto el HTHS de un aceite, mejor resistencia de este al rompimiento de la película de viscosidad por efecto de corte, con lo que la viscosidad se mantendrá constante bajo cualquier condición de operación o carga y, de tal forma, será más eficiente en la reducción de consumo de aceite y renovación de potencia.
Esta característica de sellado que tiene el lubricante, sobre todo en motores de alto kilometraje, es muy importante en nuestro medio, dado la gran cantidad de vehículos (gasolina y Diesel) operando de modelos 90´s y principios de los 2000 con este problema, en donde aplicar un lubricante multigrado de alta viscosidad, significa menos relleno de aceite y, por lo tanto, ahorro de costos directos para el consumidor final de aceite.
Recuerde, si el motor no tiene alto kilometraje y no “quema aceite”, no aplique alta viscosidad (25W50 o 25W60), debe recomendarse la viscosidad que solicita el manual del vehículo (si este está dentro de garantía) o bien 20W50 si fuera motor gasolina con relativo alto recorrido.
Saúl Ramírez Seijas
VISCOSA
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