Ya sea por motivos estéticos o por necesidades técnicas reales, los conductores emplean neumáticos cada vez más anchos en sus vehículos. Si un vehículo de pasajeros viene equipado de fábrica con neumáticos 185/65, no es extraño que se les reemplace con medidas más anchas y, a veces, hasta de 225/40. Ante esa diferencia de medidas, la pregunta es inevitable: para un uso normal ¿qué es mejor, un neumático ancho o uno estrecho?
El club automovilístico alemán, ADAC, quiso contestar esa misma pregunta utilizando un vehículo de pasajeros al que le montaron cinco medidas de neumáticos diferentes (de 185/65 hasta 225/40), para someterlo a pruebas de frenado y comportamiento en seco y en mojado, sin olvidar el temido aquaplaning. Además, valoraron el confort de marcha, el ruido y la resistencia a la rodadura.
El aquaplaning (o más raramente acuaplaneo), es la situación en la que un vehículo atraviesa en la carretera a cierta velocidad una superficie cubierta de agua, en unas circunstancias que provocan la pérdida de control del vehículo por el conductor.
Estas fueron, en resumen, las principales conclusiones: Los neumáticos anchos frenaron mejor tanto en suelo seco como en mojado. Mientras que con los neumáticos estrechos el coche necesitaba 41 metros para detenerse desde 100 km/h. En asfalto seco con los anchos sólo empleaba 35.8 metros. En mojado, las distancias de frenado, como era de esperar, eran mayores pero las diferencias se mantuvieron en valores similares.
La tendencia era completamente opuesta al circular por una carretera mojada y en vez del freno pisamos el acelerador: el problema del aquaplaning surgía mucho antes con los neumáticos anchos: a 69 km/h. para las ruedas de 225. Con las gomas de 185 se podía llegar hasta los 80 km/h antes de perder el control de la marcha.
Lo anterior tiene una explicación técnica, el peso del vehículo está repartido en una superficie menor por cada rueda, en otras palabras cada cm² de superficie de neumático en contacto con el asfalto recibe una fuerza mayor debido a que el peso se distribuye en menor superficie.
Los neumáticos estrechos también se mostraron superiores en confort de marcha y ruido de rodadura (tanto en seco como en mojado) y de ruido de rodadura.
Otro aspecto importante de subrayar es que a mayor masa suspendida (neumáticos anchos) la suspensión y el sistema de dirección son propensos a durar menos y generar ruidos y vibraciones, los ruidos aumentan especialmente en carreteras irregulares y en curvas, debido a que excede la capacidad de amortiguación y durabilidad de los componentes del sistema de dirección y suspensión.
Otro aspecto ensayado fue el de la resistencia a la rodadura, algo que los fabricantes tienen que tener cada vez más en cuenta para cumplir con los límites de emisiones: el vehículo se dejaba rodar en punto muerto desde los 100 km/h, con el fin de medir la distancia que necesitaba para bajar hasta los 80 km/h. Las ruedas de perfil 185 tuvieron que recorrer 394 metros; las de 225 lo conseguían en 359, demostrando claramente una mayor resistencia a la rodadura. Una diferencia que puede suponer un incremento del consumo de combustible de alrededor del 2%.
La mayoría de usuarios cuando eligen neumáticos casi siempre se fijan solamente en dos aspectos:
1. Sobre suelo seco, “a más goma más agarre“
2. Estética
Pero además de lo anterior debe considerarse que si elige neumáticos anchos disminuye el confort y aumenta ligeramente el consumo. Y si aparece la lluvia, no olvidar que cuanto más ancho sea el neumático, antes hay que levantar el pie del acelerador.
Como recomendación final, aconsejo nunca salirse del ancho máximo permitido que recomienda el fabricante de cada vehículo, esta información la encuentra en el manual del propietario. El tema es mucho más extenso y hay muchos más aspectos que pueden considerarse como el tipo de labor, velocidad, carga, temperatura, alineación, durabilidad, precio, etc. Aspectos que no se mencionan en el presente artículo debido a lo extenso del tema.