El funcionamiento de un motor de combustión interna, va de la mano con mucha interrelación con el proceso de combustión realizado en el interior de las cámaras con los cilindros. Durante muchos años, los constructores de vehículos han investigado que la mezcla aire-combustible sea lo más homogénea posible, con la finalidad de aprovechar al máximo el poder calorífico de la combustión y para lo cual se han empleado diversos sistemas.
Durante este proceso se evolucionó del sistema de carburación al sistema de inyección, mejorando el rendimiento del vehículo y disminuyendo el grado de contaminación. Esto se logró, básicamente, regulando la potencia del motor por medio del sistema de inyección, que controla el caudal del aire por medio de una válvula mariposa, que posteriormente inyecta una cantidad de combustible, en un punto del sistema de admisión.
Existe un inyector por cada cilindro (aunque existen sistemas con un inyector para todos los cilindros), cada inyector está concebido para realizar una pulverización de la gasolina de manera muy fina, mejorando, por ello, las prestaciones ofrecidas por los carburadores y no dependen de la depresión que existe en el colector.
Esto es controlado por una unidad que satisface las necesidades del motor controlando el combustible en base al ingreso del aire, el cual pasa a un distribuidor y se gestiona con un módulo electrónico.
Ventajas del sistema de inyección:
POTENCIA: Se obtuvo un aumento del 10 al 20 por ciento con respecto a los sistemas carburados, debido a las mejoras de formación de la mezcla aire-combustible y una reducción de las pérdidas de carga.
CONSUMO: Se logró disminuir el consumo de combustible al mejorar la exactitud de la mezcla.
CONTAMINACIÓN: Debido a la mayor precisión de la forma en la mezcla aire-combustible, se consiguen menor presencia de contaminantes.
ACELERACIÓN: Se consiguió una mejor respuesta ante los cambios que se producen en el funcionamiento y las variaciones que suceden en el mismo.
ARRANQUE EN FRÍO: El controlador nos brinda un mejor comportamiento en función de la temperatura y del régimen de arranque, lo que permite menor tiempo de encendido y una pronta puesta a punto de temperatura de trabajo, brindando mayor estabilidad en funcionamiento o ralentí.
La sonda lambda, también conocida como sensor de oxígeno, es un producto innovador que representa la evolución tecnológica de los sistemas de inyección de gasolina. Tiene la función de generar una señal para que la unidad de comando pueda determinar la mejor cantidad de combustible a inyectarse en la cámara de combustión, asegurando una mezcla ideal aire-combustible para los diversos regímenes de funcionamiento del motor; reduciendo considerablemente la emisión de gases contaminantes y el consumo de combustible.
Por lo anterior es muy importante revisar su mezcla por medio de personal capacitado y el equipo correcto, como un escáner.
Ing. Leonel Gamboa
Consultoría y Capacitaciones en Mantenimiento
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