En la presente entrega continuaremos comentando respecto a las nuevas tendencias de los motores para carros de pasajeros (motor gasolina y Diesel) y los factores que generan estos cambios modificando las formulaciones en los lubricantes, centrándonos en los conceptos de “Economía de Combustible y Emisiones de Gases”.
La economía de combustible y las bajas emisiones están relacionadas. En general, una mejora en la economía de combustible, irá de la mano con una reducción de emisiones en el escape, sin embargo, esto es específico de cada fabricante automotor.
Por ello, el desarrollo inicial en cualquier tecnología de reducción de emisiones, busca primero una reducción del consumo de combustible y el aceite puede ayudar a conseguir esto, migrando a menores grados de viscosidad (tendencia actual en vehículos de modelos recientes, lo cual muchas veces no se respeta en nuestro país, ya que se sigue aplicando en general el famoso “20W50” para carros nuevos). Sin embargo, sin un desarrollo cuidadoso por parte de los fabricantes de autos y el proveedor de lubricantes, se podría originar una reducción en la durabilidad del motor. La migración hacia una mayor proporción de sintéticos y grados de aceite de menor viscosidad es un indicador de que este desarrollo está teniendo lugar.
Existen (fuera del país) legislaciones muy exigentes con relación a las emisiones, donde se requiere una reducción en los niveles permitidos de C0 (monóxido de carbono), NOx (óxidos nitrosos) y HC (ácido clorhídrico), además de partículas sólidas (hollín), principalmente en vehículos europeos.
Las legislaciones sobre emisiones están siendo cada vez más exigentes, forzando a los fabricantes de autos a reducir los niveles de:
Hollín (motores Diesel)
NOx (motores Diesel y gasolina con mezclas pobres los cuales contribuyen al smog)
CO/CO2 (motores Diesel y gasolina, contribuyentes al efecto invernadero)
Para conseguir estos objetivos, los fabricantes de autos tienen que trabajar conjuntamente con los fabricantes de lubricantes. El desarrollo de motores de inyección directa y equipos de reducción de emisiones (postratamiento), generan demandas especiales en el aceite. En casos donde se seleccione un lubricante inapropiado se pueden originar daños severos e irreversibles, por lo que el cumplimiento al pie de la letra de la viscosidad y las especificaciones correctas indicadas por el fabricante del automotor se vuelve vital. Por ello, para automotores modernos (gasolina o Diesel) con consideración especial a los autos europeos, debe respetarse además de las especificaciones ACEA o API (de las cuales ya comentamos) las especificaciones de marca del OEM (Fabricantes Original del Motor por sus siglas en inglés).
En el siguiente artículo continuaremos comentando respecto a este tema…
Saúl Ramírez Seijas