La fuerza impulsora de un automóvil se origina en el eje central llamado “árbol de levas” o “eje de bielas”, que en conjunto con los pistones, candelas, cámaras de combustión y otros piezas, contenidas en el “block” y en la culata constituyen el motor o “planta de fuerza”, que la traslada a la barra de transmisión, llamada también cardán que a su vez la traslada al diferencial, en el eje trasero, o bien, lo traslada a los engranajes constituidos por las llamadas “flechas”, que forman el eje delantero en los carros con tracción delantera.
El otro extremo externo y visible de este eje propulsor termina en una polea. Una polea es una rueda cuyo centro tiene un punto de sostén o apoyo y su borde es acanalado para permitir deslizar en él una cuerda, lazo o en este caso, una faja de hule, de manera continua.
Esta polea frecuentemente posee más de un canal, de tal manera que puede admitir una o más fajas, las cuales movilizan otros componentes satélites, que complementan el funcionamiento de un motor, entre estos se puede mencionar: el alternador del sistema eléctrico, el sistema de servodirección del timón o volante, el sistema hidráulico de frenos, el sistema de aire acondicionado y en algunos casos, el turbocompresor de aire con el combustible.
Dependiendo de la distribución física de estos componentes mencionados, algunos imprescindibles como el alternador, otros complementarios, como el aire acondicionado (bueno, este último depende de las condiciones climáticas de cada lugar geográfico), se necesitará una o varias fajas de hule, las cuales van colocadas de manera que no interfieren una con otra, o bien, como sucede con muchos vehículos de modelo reciente, necesitan una sola faja de hule que mueve todas las poleas instaladas, haciendo uso de ambos lados, conocidas como fajas de serpentina, debido a la forma que adoptan al estar instaladas en su lugar. Son completamente planas y lisas en sus dos lados.
Las otras fajas de hule tienen formas diversas, aunque sean para el mismo propósito; unas tienen forma trapezoidal, conocidas también como fajas en “V”, otras tienen dientes en forma transversal, hay las que tienen dientes en forma longitudinal, como vías de tren. En general, se puede afirmar que los carros más antiguos usan fajas trapezoidales, los intermedios, fajas con dientes longitudinales y los más recientes o actuales, fajas con forma de serpentina.
En esta entrega, no haremos referencia a la “faja de tiempo” o timmingbelt, este interesante tema lo abordaremos en una futura edición.
Luego de haber explicado el funcionamiento de las fajas impulsoras, debemos agregar que estas fajas tienen una vida útil limitada y su remplazo debe ser parte del mantenimiento preventivo de nuestro carro, de manera programada.
Estas fajas, tanto las adquiridas en la agencia distribuidora, como las genéricas, carecen de vida útil exacta, de manera que deben ser remplazadas tomando en cuenta, en primer lugar, el recorrido de nuestro carro; el otro factor igualmente importante es el estado de deterioro que puede llegar a alcanzar la faja en un lapso menor del programado.
Las fajas impulsoras tienen ciertas características y cada vehículo requiere de una específica de acuerdo al diseño de fábrica. Básicamente están construidas de hule e hilos de nailon y/o algodón, resistentes a la fricción extrema, altas y bajas temperaturas, aceite, grasas y combustibles.
Se recomienda cambiar estas fajas a los 70,000 kilómetros o 45,000 millas, aun si no presentan deterioro aparente. En caso de presentar deterioro antes de ese recorrido, DEBERÁN CAMBIARSE LO ANTES POSIBLE.
Entre los daños que más frecuentemente presentan las fajas de hule podemos mencionar: A) Las grietas o rajaduras en forma transversal y a veces longitudinal. B) La exposición del tejido deshilachado, como consecuencia del agrietamiento del hule. C) La “vitrificación” del lado de la faja que está en contacto con el metal de la polea, es decir, la superficie de la faja adquiere una apariencia brillosa y de textura como el cristal; lo anterior es consecuencia de la alta temperatura alcanzada por la fricción con la polea y la contaminación con arena, tierra y partículas metálicas microscópicas que, de manera inevitable, existen en las carreteras y caminos de terracería por las que transitamos.
Algunas veces, la faja evidencia su mal estado produciendo un chirrido o zumbido como “sssss”; en este último caso, debemos tener el sentido del oído entrenado para poder percibir el defecto.
- Adquiera las fajas correctas en la agencia distribuidora de la marca de su carro. Debe llevar la tarjeta de circulación.
- Si lo considera conveniente, entonces extraiga las fajas y llévelas como muestra para adquirir fajas similares genéricas, con el proveedor de su confianza. Recuerde que, si usted adquirió el carro usado, a lo mejor no son las fajas que debía traer de fábrica, podrían variar.
- Estacione el carro en una superficie horizontal.
- Generalmente, este trabajo se puede hacer desde arriba, con el capó abierto; analice si hay necesidad de trabajar también desde abajo, para elevar el carro desde el principio.
- Coloque topes para asegurar las llantas del carro.
- Coloque la palanca en la primera velocidad si la caja es manual y en la posición “D” (Drive) si la caja es automática.
- Extraiga la llave de encendido.
- Cada sistema satélite de nuestro carro (entiéndase: el alternador, la bomba del sistema hidráulico de frenos, del timón y el aire acondicionado) tiene un tornillo que hace correr el sistema de ajuste en un riel con dientes para poder ajustar la polea en dos direcciones opuestas, para liberar o para apretar. En algunos carros antiguos, la ranura carece de dientes (es decir, el riel es liso), entonces se hace necesario “hacer palanca” para mover la polea para poder extraer la faja. Podemos usar como palanca una paleta de madera de cocina, una regla de madera del grosor adecuado para que resista o un pedazo de palo de escoba; NUNCA USE UN DESTORNILLADOR O TUBO DE METAL… podría dañar de forma irreparable alguna pieza o todo el sistema que esté trabajando. Frecuentemente, se debe aflojar un tornillo o tuerca extra para poder liberarlo.
- Una vez liberado el sistema de la polea, muévala a modo de dejar floja la faja de hule que desea extraer. En cada sistema haga lo mismo.
- Ahora proceda a instalar la faja nueva, siguiendo los mismos pasos de manera inversa. Recuerde instalar primero la faja de extrajo inicialmente, instale de último la faja que extrajo al final.
- Ajuste la tensión de las fajas; las fajas tipo serpentina se ajustan a la tensión correcta con un solo tensor, usted sólo tiene que localizar el sitio en el que se encuentra. Apriete todos los tornillos y tuercas que haya aflojado previamente. NO OLVIDE NADA DE LO ANTERIOR.
Las fajas deben estar ajustadas de manera correcta. Si están muy apretadas, podrían forzar demasiado el eje de la polea y a la larga dañarlo y como consecuencia deberá cambiar el sistema. Si están muy flojas, va a provocar que el motor del carro trabaje extra, causando un sobrecalentamiento del motor de manera innecesaria.
Existen calibradores muy sencillos, específicos para medir la tensión de las fajas, pero hasta el momento, yo no he podido adquirir alguno en el mercado local. Si la faja del alternador está muy floja, se corre el riesgo de que la batería se descargue, por ejemplo, durante la noche o durante el tiempo que usted deja su carro en el estacionamiento, en su jornada de trabajo.
En el caso que usted adquiera las fajas con el proveedor de su confianza, asegúrese que sean del tamaño correcto. Si son muy cortas, obviamente no podrá instalarlas. Si son muy largas, tendrá problemas para ajustarlas, podría ser que el espacio de ajuste no sea suficiente y la faja no quedará con el ajuste adecuado.
En general, las fajas trapezoidales también conocidas como en “V” pueden ser usadas indistintamente en sustitución de las que vienen dentadas.
En el mes de la Patria, recordemos que somos un país rico y bendecido por Dios; esforcémonos todos los días para hacer las cosas bien y asimismo exijamos nuestros derechos.
¡¡¡Felicitaciones en el mes de NUESTRA PATRIA, GUATEMALA!!!