Estimado lector, pasan los meses de este 2009 y nos encontramos iniciando septiembre, mes con el que finalizamos el tercer trimestre del año…
En esta oportunidad deseamos meditar junto a ustedes respecto del trabajo, pues es esta actividad tan frecuente y necesaria en nuestras vidas la que consideramos vale la pena estudiar.
¿Para qué trabajamos?, ¿Cómo nos sentimos respecto de nuestro trabajo?, ¿Cuántas horas debe una persona trabajar al día?, ¿Cómo elegir cuál es el mejor trabajo para nosotros?, ¿Cuánto debemos cobrar por nuestro trabajo?
Las anteriores son preguntas fundamentales que alguna vez han cruzado nuestra mente y muchas veces no les ofrecimos suficiente atención. Nos hemos conformado en creer que el trabajo es una actividad obligatoria que no siempre será necesariamente de nuestro agrado y que sin ella no podemos ganar o recibir el dinero. Este paradigma sobre el trabajo es muy frecuente en la mayoría de la población. Ahora, si bien es cierto que muchos opinan de esta forma, algunos maestros muy respetables a lo largo de la historia han sugerido que para alcanzar la felicidad y el éxito es necesario dedicarnos a hacer aquello que más disfrutamos y más amamos.
¿Cuántas personas realmente aman y disfrutan al máximo del trabajo que hacen? Creo que desafortunadamente son muy pocas. Y creo que la causa es que la mayoría de la gente trabaja por las razones incorrectas. La mayoría trabaja básicamente a cambio de dinero y vende su tiempo a un empleador a cambio de una suma económica. Es importante no mal entender eso. Intercambiar trabajo por dinero no es en si incorrecto.
Lo importante es aprender e integrar a nuestras vidas dos importantes calores respecto del trabajo y el dinero.
Para ser exitosos y felices debemos aprender a trabajar para lograr satisfacción y a prestar servicios a cambio de dinero. Esto es una forma de pensar que podría retar las ideas que tenemos actualmente respecto del trabajo y del dinero pero a decir verdad en si misma esta forma de pensar nos ofrece una llave importantísima para la vida si la sabemos entender.
Las formas en que una persona puede prestar servicios son muchas y se limitan a la creatividad de cada individuo. Aprender a prestar servicio de una forma que tenga calidad y consistencia predecible está en las manos de cualquier persona que le desee y que se enfoque en sistematizar su oferta de servicio. Así mismo, facilitar el que exista medios para vender dichos servicios es de suma importancia. Creemos que si una persona trabaja en aquellas cosas que lo hacen sentirse satisfecho y en ellas pone su empeño y energía, mientras aprende a implementar y vender servicios de calidad que le permitan demandar sumas de dinero a cambio de éstos, se estaré inevitablemente direccionando hacia una vida que ofrecerá mucha alegría, éxito y plenitud.
Aprendemos pues a entonar en una actividad que nos lleve a que empecemos a cosechar satisfacción de nuestro actual trabajo o que nos llene de coraje para movernos a otro mejor alineado con nuestros valores de vida. Asimismo atrevámonos a ser creadores de servicios que prestarle a nuestra comunidad y hacerla un lugar mejor para vivir para todos.
¡Seguimos adelante!
Frase del Mes
El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior, que es la más dulce de todas las pasiones.
René Descartes (1596-1650) Filósofo y matemático francés.
