¿Por qué tienes los que tienes hoy o por qué llegaste a donde llegaste?
Tus ingresos están en función de tus errores o aciertos, más errores = menos ingresos, más aciertos = mejores ingresos. Puede ser que estés donde estás por las circunstancias, por accidente. ¡Nunca planeé lo que tengo, lo que he alcanzado! ¿Lo tienes o llegaste a donde estás de forma casual? ¿Por suerte? Puede ser, pero la mayor parte de las veces no va a ser por accidente, sino porque cometiste errores o aciertos, porque planeaste mal o las instrucciones recibidas fueron equivocadas.
Otra razón del por qué llegaste a donde estás hoy, es que te pueden haber dado las instrucciones correctas y tú no las entendiste o no quisiste seguir. Puede que uno no entienda las instrucciones por inmadurez, inocencia, ingenuidad o simplemente ignorancia, no tienes la información previa para agregar esta información fresca o más compleja, nunca has escuchado del éxito, de cómo tener ingresos altos, puede que nunca hayas visto a una persona que gane mucho dinero y por lo tanto se te hace muy difícil creer que tú lo puedes ganar. No es falta de inteligencia o capacidad, es falta de conocimiento.
La otra razón, puede que te hayan dado instrucciones la entendiste al píe de la letra, comprendiste todo bien, pero aún así no lo haces; es tontera, te dicen que no fumes o bebas licor, no comas comida chatarra porque es dañino para tu salud, sin embargo, no hiciste caso, resultados: problemas serios de salud; aun así dices “es castigo de Dios”… no fue así, sino son el resultado de tus tonteras; ya sabías que eso sucedería y te lo advirtieron varias veces, pero lo hiciste, a mí no me va ha dar, le da a mis amigos, compañeros de trabajo, mis vecinos, pero a mí no.
Puede que no hayas seguido las instrucciones correctas por ego… ¡tremendo problema de comunicación! Ego es el receptor y en el transmisor a la vez bloquea la comunicación. Quieres salir de donde estás, pero tu ego no te deja. No te permite tener la humildad para seguir instrucciones, para reconocer que eres un alumno, que no eres experto en el tema. Te revelas ante las instrucciones, no te dejas guiar, no te dejas llevar. Te debes dejar formar no sólo al principio, sino siempre. Todos los días aprendemos algo nuevo; mejoramos lo que ya sabemos hacer. Aprende a seguir instrucciones siempre y cuando estés seguro que son correctas, todos tenemos el ego; unos lo controlan y otros no. Puede que esto te esté evitando alcanzar tu éxito, el título, la casa, el vehículo, la pareja que has soñado.
Tienes que saber con precisión a dónde quieres ir, la meta del próximo sitio donde quieres estar, tener un mapa. Tienes que tener a quién preguntar, alguien que sepa, un guía, un maestro, alguien que ya recorrió el camino. Debes hacer un análisis y un inventario: ¿Qué tan lejos quiero llegar?, ¿Cuánto tiempo me llevará?, ¿Con qué herramientas cuento y cuáles me hacen falta?, ¿Cuánto esfuerzo necesito dar? ¿Cuántos obstáculos debo superar? ¿En qué tengo capacidad suficiente y en dónde hay que reforzar?
Debes definir bien tus razones para tener éxito, son ellas las que te mueven. Identificar los motivos que te llevan de donde estás a donde quieres ir. Entre más grande, fuerte, poderosa es la razón, más pequeños sientes los obstáculos, más bajo es el precio y no sólo hablo de efectivo; el precio puede ser el tiempo a invertir, los “sacrificios” que debes hacer. “La promesa empequeñece el precio” El beneficio a recibir es mayor que el esfuerzo a realizar, vale la pena la inversión. No olvides hacer tu inventario de con qué cuentas y con quién cuentas, estará tu pareja contigo, tus amigos, compañeros de trabajo o lo tenderás que realizarlo solo.
De nada sirve lo anterior sino inicias el camino. Esto es acción, pero siempre asegúrate que estás tomando la dirección correcta en cada paso. Hacerlo bien, tener el hábito de hacer las cosas con lo mejor de ti siempre, siempre con tu máximo esfuerzo, tu máxima inspiración, tu mayor habilidad y capacidad. Por sencilla que sea la tarea, puedas decir con orgullo yo lo hice, es mi obra, es resultado de mi esfuerzo y creatividad en cada uno de los detalles. “La excelencia es la suma de todos los pequeños y buenos detalles, pero la excelencia no será nunca un solo detalle”.
Una vez has arrancado, asegúrate que sigues en el camino correcto; es muy fácil perderse, principalmente, si el camino es largo. Es la ley de la acumulación, todo se acumula. Ahora puedes contestarte a ti mismo: ¿Qué estás acumulando? deudas, enojos, rencores, enemigos, ahorros, amigos, salud, enfermedad… todo se acumula, grasa, peso, cheques para pagar o para recibir… ¿Qué has acumulado en los últimos 5, 10 o 20 años? Detente y reflexiona: ¿Qué estás acumulando? Si es necesario debes hacer correcciones, correcciones a la mitad del camino. Corrige antes que sea demasiado tarde. Debes reconocer los signos, las señales; de repente te vas desviando y no los has notado; puede que estés acumulando fracasos y no éxitos.
Debes preocúpate y asegurarte que estás progresando continuamente. Tienes que progresar a pesar de los problemas, a pesar de las dificultades. Los problemas no deben ser excusas para no llegar donde quieres llegar. Tienes que progresar a pesar de las circunstancias. Todo el tiempo debes saber dónde estás, cuánto te falta. No se vale perderse; no puedes ignorar los problemas, huir de ellos; debes enfrentarlos. Los problemas van a estar ahí, pero tú tienes que tener el firme propósito de superarlos. Imagina a un malabarista de circo que hace girar un plato en la mano derecha, otro se lo pasa al pie izquierdo, otro al pie derecho y por último en la mano izquierda. Mientras tienes problemas en uno pie o mano, no puedes dejar de hacer girar el planto del triunfo, del éxito, del progreso, ¡¡Aún con problemas, debemos avanzar!!
Oswaldo Morales