Emisiones de C02 de los vehículos convencionales e híbridos
Un vehículo para desplazarse debe adquirir energía de alguna fuente y transformarla, mediante el motor, en energía cinética para que las ruedas giren y se produzca el desplazamiento. Las emisiones de CO2 dependen del tipo de energía consumida y, por ello, distinguimos entre carros convencionales, eléctricos e híbridos.
Emisiones de CO2 debidas a la circulación
La mejor forma para saber las emisiones de un automóvil es fijarnos en la información de emisiones de CO2 que da el fabricante.
Hay que tener en cuenta que el rango de emisiones es muy amplio y va desde carros que emiten por debajo de los 100 gramos de CO2 por kilómetro hasta los que emiten más de 400 g/km.
Carros convencionales
Un carro convencional adquiere la energía que se encuentra almacenada en un combustible fósil, que se libera mediante la combustión en el interior de un motor térmico convencional.
Estos combustibles fósiles son primordialmente derivados del petróleo: gasolina y diésel; aunque también podrían ser biocombustibles, que mencionaré más adelante.
Las emisiones de CO2 se producen por la quema del combustible y son expulsadas a través del tubo de escape.
La cantidad de CO2 emitida, si atendemos únicamente al tipo del vehículo y no a la forma de conducción, depende de la cantidad de energía necesaria para circular y de la eficiencia del motor.
La cantidad de energía necesaria depende del peso del vehículo y de su potencia. Por tanto, a mayor potencia y mayor peso, mayor consumo de combustible y mayores emisiones de CO2.
Por último, conviene tener presente que el carro convencional es el medio de transporte con mayores emisiones por viajero transportado.
Es decir, que cambiarse a un carro híbrido supondrá un ahorro en gasto de combustible y un mayor cuidado del planeta.
