La rueda ha sido un invento clave para el progreso humano y, especialmente, la cubierta de caucho con cámara de aire que hoy como conocemos simplemente como “llanta”.
Los neumáticos son esenciales para el transporte de personas y mercancías, no sólo por tierra sino, también por el aire.
Cada año se desechan en Guatemala aproximadamente 300,000 llantas usadas que han perdido su funcionalidad como tal.
Las llantas constituyen un residuo que debe ser reciclado.
En nuestro país existen auténticos mares negros de toneladas de neumáticos usados. Son un foco para la proliferación de ratas y facilita la reproducción de mosquitos.
Un neumático en la naturaleza tardará más de 10 siglos para desaparecer y, por tanto, son un grave problema ecológico si no los reciclamos o al menos reusamos, incorporándolos a nuestro diario vivir.
Las llantas son un producto de alta tecnología en el cual se emplean más de doscientos componentes diferentes, partiendo de una base de caucho que incluye, entre otros, elementos textiles y metálicos.
Para fabricar cuatro neumáticos de un camión se necesitan 9,400 litros de agua y 100 litros de petróleo, 45 litros para las ruedas de un 4×4 y de 35 litros para un turismo; reusarlos significará extenderle el valor productivo a esos
recursos.
Si bien en Guatemala no estamos aún reciclando llantas a gran escala como para que ésta sea la primera opción, reusarla llamará muchísimo la atención.
Haga subi-bajas, si tiene una sala de estar, reúselas como sillón, si tiene jardín puede reusarlas como clásicos basureros, columpios y adornos y ya con imaginación, hasta los aros puede poner a la vista y darles otro uso, tanto de los de vehículos, como los de bicicletas.
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