Impresionantes diferencias encontramos, hoy día, en los automóviles que son producidos año tras año, en comparación y contraste con los que se producían en el siglo XX, semejándose cada día más a un complejo sistema automatizado en el cual el conductor y, por supuesto, el mecánico tienen una mayor participación y exigencia de conocimiento en áreas no precisamente automotrices, pero que hoy desempeñan funciones imprescindibles en los mismos.
El automóvil del presente es una joya tecnológica que involucra sistemas mecánicos en sí, con un nivel de evolución que va, desde los sistemas de válvulas variables, ya por demás conocidos, pasando por los sistemas de inyección directa, tan de moda, hasta los controlados de manera electrónica, que cada día toman mayor participación en la estructura del vehículo.
Y es que, en realidad, pensar en un automóvil actual, involucra sistemas electrónicos, informática aplicada al automóvil, control de navegación, suspensión inteligente y en la evolución según las tendencias, sistemas de propulsión innovadores, eléctricos en su mayoría y, en algunos casos, con combustibles alternativos.
Dichos vehículos no son ya parte de una revista de ciencia ficción, ni de programas televisivos con visión futurista, son, en realidad, parte de nuestro presente y con una acelerada tendencia hacia una mayor inclusión de recursos tecnológicos en el futuro cercano; situación que como mecánicos no nos obliga, sino nos brinda una valiosa oportunidad de ampliar nuestros horizontes en el conocimiento tecnológico.
Todo mecánico que desee mantenerse, en el cada día más exigente y competitivo mercado automotriz, debe ser competente en temas relacionados a la Mecánica como tal, sustentando, además, sólidos conocimientos en el área de electrónica, complementando éstos con un amplio dominio de los sistemas informáticos, manejo de Internet, redes de comunicación satelital, entre otros.
¿La razón?, muy sencilla, los vehículos son gobernados en la actualidad por sistemas de computadoras que, en la mayoría de casos, suman más de una en el automóvil, comunicadas de manera interna a través de una red que se conoce como Can Bus. En ellos, la aplicación de electrónica digital es completa, teniendo, además, aplicaciones a un futuro inminente en las que los vehículos podrán comunicarse entre sí para evitar colisiones o bien, para realizar operaciones de mantenimiento y correcciones básicas con datos proporcionados por ordenadores específicos, ubicados en el concesionario.
Por tal razón, es necesario que todo mecánico con visión, desarrolle un proceso de capacitación y actualización constante en estas áreas, pues dentro de muy poco, aquel que no desarrolle competencias en la misma, verá disminuida su capacidad de acción y desarrollo en el campo de las reparaciones.
El parque vehicular en Guatemala, se ha ido renovando de manera significativa, al punto que, en el presente, la cantidad de vehículos con sistemas de carburador se ha reducido a un 8 o 10%, además que los vehículos con mayor tecnología que van de los modelos 2,000 en adelante, ganan terreno de manera significativa, lo que nos obliga a tomar decisiones y acciones que nos mantengan vigentes y competentes ante tal situación tecnológica.
No podemos argumentar que dicha tarea resulta difícil hoy en día, cuando existen una variedad de recursos en Internet como lo son los sitios que brindan cursos y seminarios, muchas veces, gratuitos o bien de poca paga o centros en los cuales se desarrollan de manera responsable y eficiente, cursos sobre tecnología automotriz de vanguardia, por lo que, únicamente, se trata de tomar la decisión de nuestra parte y lanzarnos a la conquista de los conocimientos que nos harán desempeñarnos de manera eficiente en el cada día más exigente mercado de la Mecánica y Electrónica del automóvil.
José Ricardo Gil Rodríguez
ccti.gt@gmail.com