LLAVE #2 TÉCNICAS DE INTELIGENCIA EMOCIONAL
Para abrir la puerta hacia la ecuanimidad: virtud imprescindible la creación intencional de nuestras condiciones de vida…
Todos queremos una vida plena y, en mayor o menor escala, hacemos planes para que ésta pueda darse. Sin embargo, muchas veces estropeamos esos planes o cambiamos de rumbo sin una intención consciente, sino más bien, a raíz de una reacción a nuestras emociones.
Poseemos impulsos interiores que van de la mano con formas de actuar que perjudican o favorecen nuestra vida. Sin un filtro entre la emoción y nuestras acciones, la vida puede volverse un caos.
Bajo la influencia de las emociones, algunas personas actúan irracionalmente y, en algunos casos, esto provoca consecuencias de gran envergadura o, como mínimo, un sinfín de exposiciones a riesgos, pérdidas y conflictos innecesarios.
Pese a que reaccionar a nuestras emociones indiscriminadamente puede acarrear problemas, muchas personas no se toman el trabajo de educarse conscientemente al respecto de cómo manejarlas.
Posiblemente, su vida se mantiene más o menos bien hasta que experimentan un suceso de gran impacto emocional, como un divorcio, muerte, quiebra en la empresa, pérdida de empleo, etc. Y es cuando las emociones adquieren niveles altos de intensidad que la educación al respecto se vuelve muy valiosa.
Las emociones no existen para hacernos la vida imposible, sino como un mecanismo del cuerpo para informarnos de la relación entre lo externo y lo interno. Es decir, son una especie de “brújula” para guiarnos a la felicidad y conocernos a nosotros mismos. Sin embargo, es muy frecuente que tengamos picos emocionales en que la racionalidad es desplazada por reacciones impulsivas y para ello hay que prepararse bien, de manera que no nos convirtamos en nuestra propia piedra de tropiezo en la vida.
Las emociones son el temple de nuestra relación con el mundo exterior. Si hemos de hallar aquello que nos hará felices, es seguro que lo encontraremos entendiendo el efecto que cada situación tiene sobre nosotros.
De esa manera, podemos abrirnos haciendo ajustes a nuestras elecciones de acuerdo con lo que experimentamos.
Pero es importantísimo aprender a mantenernos en un estado adecuado para tomar decisiones asertivas cuando éstas sean menos que constructivas.
El truco es observar sin dramatismos, hasta que el mundo interior esté más claro y podamos interpretar qué quieren expresan las emociones respecto de nuestras decisiones o vivencias.
Luego tomar siempre decisiones racionales bien analizadas, pues esto será crítico para crear esa vida plena con la que todos soñamos.