La creatividad, denomina también inventiva, pensamiento original, imaginación constructiva, pensamiento divergente… pensamiento creativo, es la generación de nuevas ideas y conceptos, o de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales…
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Esta es una virtud sin igual, pues a través de ella se puede generar ideas nuevas y originales capaces de resolver grandes problemas de manera ingeniosa. La creatividad sólo llega cuando nos colocamos en un estado positivo, amoroso y juguetón hacia los asuntos que queremos resolver y usamos nuestra voluntad para tratar de descubrir PENSANDO, una forma ingeniosa y original que pueda cumplir con la función de nuestro interés. Se genera a partir de formar a voluntad combinaciones nuevas usando recursos de la imaginación, la memoria, la intuición y el racionamiento. Por lo mismo, mientras más se alimente a la mente con imágenes y conocimientos relacionados al tema, más posibilidades habrá para que la mente pueda crear formas ingeniosas y nuevas. La creatividad es la llave para hacer realidad los sueños y su uso es un factor decisivo en la vida, pues ofrece la forma más imaginativa y divertida de combinar todos los recursos de la mente en una inspiración que parece provenir de lo Divino.
La ausencia de creatividad (AUTOMATISMO) se manifiesta en una persona por su apego a las costumbres, y resistencia a cuestionar las cosas que se hacen, así como la manera en que se hacen. Las personas con este problema se empeñan en solucionar todo de “la manera acostumbrada” por lo que se hayan a sí mismos en aprietos cuando el próximo reto que deben afrontar es el de evolucionar. Su vida está basada en la seguridad de actuar por hábito y no les gusta la innovación, ni el cambio y frecuentemente se resisten a crecer. Se apegan a sus métodos como si los hubiesen sacado de alguna clase de manual de instrucciones que deben seguir al pie de la letra, sin notar que el universo entero está cambiando constantemente y por lo mismo, nada puede ser adecuado eternamente. No son la clase de personas que dejaran “huella” en el mundo pues ellos simplemente se inclinan a seguir los métodos que han inventado otros sin contribuir en nada a los procesos en que los aplican. La ausencia de creatividad sucede en nuestras vidas por algo muy natural, tenemos una parte de nuestro cerebro dedicada a aprender a desempeñar las funciones que necesitemos “en automático” de manera que sea más fácil vivir y tome menos esfuerzo diario hacerlo. El problema es que si exageramos nuestra dependencia a este mecanismo que nos hace sentir muy cómodos, no estaremos listos para vivir los cambios, ni adaptarnos y mejorar todo continuamente. Por ambicioso que suene, todo puede y debe mejorarse continuamente y seguir su curso de evolución, que es además natural. La vida sabe marcar cuando algo está obsoleto y requiere innovación, pero usualmente una persona en ausencia de creatividad, preferirá tratar de resistir el cambio antes de aceptar el reto a innovar.
El exceso de creatividad también puede resultar un problema. Toma su forma en el tipo de creatividad que no llena ninguna función de importancia, y que fuera de darle un toque “original” a las cosas, no tiene nada de valor práctico. Es extravagante y deja una impresión de ser algo que el creador hizo en función de darse importancia a sí mismo y no a la función que su creación debía llenar. Se reconoce fácilmente por lo exageradas que resultan sus formas. Llama la atención por excentricidad.
Las virtudes que tienen todas las personas de éxito
