DETERMINACIÓN ACTITUD DE FIJAR LOS TÉRMINOS PARA LOGRAR ALGO Y NO DESCANSAR DE PONER ATENCIÓN, ACCIÓN, VALENTÍA Y ESFUERZO HASTA LOGRARLO, SIN IMPORTAR LO QUE TOME.
DEFECTO POR AUSENCIA: INDETERMINACIÓN
DEFECTO POR EXCESO: EXCESO DE
La determinación es una virtud de vencedores. Supone el compromiso de hacer lo que sea necesario por lograr algo, aún si ese algo sea de muy alto impacto para nuestra comodidad y requiera de nosotros altas cantidades de sacrificio, energía, atención y a través de la acción sostenida, se logre el rendimiento necesario para alcanzar la meta trazada.
La determinación se encuentra en la mayoría de las personas de negocios, sin embargo, no en la misma concentración.
Sus mismos triunfos y requerimientos les proponen un esfuerzo u otro, de acuerdo a los puntos donde se sientan cómodos. Queda, pues, claro que para que una persona sea determinada debe desear algo muy intensamente, para comprometerse con ello, al punto que la determinación de alcanzarlo sea inquebrantable.
Las personas determinadas son cuidadosas al trazar sus planes. Tienen en mente lo que puede salir bien y lo que puede salir mal; tiene presente el precio que pagarán por realizar su meta. Están, realmente, enfocados y completan todos sus planes, aunque son flexibles ante ellos.
Son meticulosos para medir el fruto de los indicadores clave que registrarán si su meta está más cerca o más lejos de su alcance.
Las personas determinadas hacen lo necesario, pero siempre, dentro de un marco de valores que no ponga en peligro su integridad.
Las personas con ausencia total de esta virtud son indeterminadas. Esto les lleva a ser fluctuantes, imprecisos y desenfocados. Su falta de convicción les impide alcanzar grados altos de compromiso, por lo que de ponerse muy retador el tema su intención, será la de darse por vencidos o de no cumplir por negligencia o comodidad, con algunas de las cosas que requiera la tarea, que podrían comprometer los resultados.
El defecto que surge de exagerar esta virtud se mete a la cuenta del ego, que uno se “vea heroico” y que el pleno de todo su existir sea trazado en función de ver su meta alcanzada a toda costa; a veces, sin importar contra qué valor atente eso. O, posiblemente, tener tanto miedo de no alcanzar la meta que su efecto obsesivo se vuelva más compulsivo que eficaz.
La forma más sencilla de entender si estamos en el defecto por exceso es razonar sobre si estamos actuando en función de “vernos bien ante los demás” o la de servir, saludablemente, una meta con alto grado de compromiso requerido.
La favorable acción se recompensa siempre en función de resultados que prueban ser adecuados para alcanzar algo. Los efectos de no ponerse en acción son los resultados a medias. La determinación garantiza que en el caso en que conozcamos lo que habrá que hacerse, no nos rendiremos antes de haber completado el esfuerzo necesario para alcanzar los resultados.
Por prudente que sea alguien, se sabe que el tema de la determinación es requerido para lograr cosas importantes y con enfocarse dentro de los valores y accionar con extra esfuerzo, pero sin salirse de los márgenes de lo saludable, estaremos seguros de no salirnos de la deseable virtud.
Silvia Larrave
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