Todas las situaciones generan estímulos, nos provocan motivos para hacer o no, alguna actividad.
Entre los principales motivadores están:
- El peligro: todo lo que representa riesgo amenaza, alarma, emergencia, urgencia, inseguridad, principalmente si es peligro de muerte, como tenemos una sola vida, hay que cuidarla.
- Castigos: tanto el peligro, como el castigo, debemos evitarlos; no te motiva tanto lo que buscas sino lo que evitas. La amenaza de castigo tiene efecto en nosotros de manera inmediata y ha sido arraigado en nuestro ser, desde muy pequeños.
- Problemas: es importante evitar peligros y castigos, en el caso de los problemas, debemos aprender a resolverlos y encontrar soluciones.
- Necesidades: alimento, vivienda, calzado, seguridad. Recordemos la pirámide de Maslow de la jerarquía de las necesidades que toda persona necesita satisfacer.
- Obligaciones: responsable de mantener a la familia, responder a contratos que firmaste.
- Compromisos: no son tan graves como las obligaciones, no hay contratos, son a un nivel menor.
- Recompensas: premios, regalos.
- Causas nobles: el honor, la dignidad, la honradez, lealtad, patriotismo, gratitud, principios morales.
- El Ego:amor por uno mismo, qué tanto te quieres tú, qué imagen tiene de ti; los elogios lo aumentan, los insultos lo disminuyen. Las personas te admiran y consideran que tienes más éxito si cuentas con estas cualidades:
- La inteligencia.
- La belleza física.
- La sofisticación buen gusto, vestirse bien, combinar bien la ropa.
- Habilidad, talento artístico, deportivo, científico.
- Grandeza espiritual.
- Riqueza material.
10. Hábitos y rutinas.
11. Tradiciones y costumbres.
12. Fiesta o celebración.
13. Sentimientos positivos.
14. Causas espirituales: humanidad, caridad, bondad, altruismo.
La importancia de la Percepción
Al ver, oír, sentir, oler y saborear, captamos todo lo que esté a nuestro alrededor, gracias a los sentidos, la información llega a nuestro cerebro, identifica qué es y lo procesa; la percepción depende del grado de atención, el cual cambia de persona a persona. Debemos entrenarnos en poner atención, para captar la mayor cantidad de información. Le ponemos atención a las cosas o circunstancias, de acuerdo al grado de intereses que tenga para nosotros y del tiempo que tenemos para percibirlo. Dependiendo de lo que tengamos en la mente, de eso depende también nuestra percepción; percepción es igual a darnos cuenta. Cuando no te das cuenta es porque no pusiste atención, no percibiste la información. Dependiendo de cuanto captas, de qué tan alerta estás, captamos mucho más de lo que creemos, porque existe la forma consciente y la inconsciente. La forma inconsciente tiene mucha más capacidad y muy pocos la aprovechamos al máximo. Los grados de percepción son:
- Darte cuenta de una manera correcta y completa.
- Darte cuenta, pero de manera incompleta.
- Darte cuenta de manera incorrecta, mal o de forma equivocada.
- No darte cuenta en lo absoluto.
¿Cómo mejorar tu percepción?
- Hay que ser un buen observador, mirar todos los detalles conscientemente, estar alerta, no descuidarse.
- Sé bueno para escuchar, no es suficiente con oír.
- Sé bueno para concentrarte, concentrar tu atención, no te dejes distraer.
- Investigar, ser bueno para preguntar, se curioso, no te quedes con dudas.
- Sé bueno para entender y comprender bien y de manera rápida.
Percibimos todo a través de la observación y debemos obtener toda la información posible porque lo que no sabes, lo que ignoras, te puede perjudicar; reúne toda la información que puedas, con ella podrás triunfar sobre la circunstancias adversas. Con la información corriges tus deseos, tus impulsos; recuerda que “No hay imposibles, sólo hombres incapaces”. Para adquirir la información hay que ser bueno para estudiar, debes mejorar tu hábito de estudio, esto lo lograrás leyendo todos los días disfrutando la lectura. Debes ser bueno para escribir para tomar notas, tomar decisiones, sé bueno para contestar, da respuestas inteligentes. Entre más percibes, más atención pones, más te das cuenta de las cosas, entre más sabes, más percibes.
Al llegar la información al cerebro se da lo que se llamará “Proceso mental”, el cerebro analiza toda la información: la filtra, le da un valor, la ordena y la archiva en un lugar específico. El cerebro pregunta: ¿Qué es?, ¿Para qué sirve?, ¿Dónde se aplica?, ¿Por qué es así?, ¿Cuándo hay que aplicarlo? El cerebro valora de la siguiente manera: negro o blanco, delgado o gordo, cerca o lejos, frío o caliente, lejos o cerca. No utiliza cifras y cada persona los aprende de las personas que ha tenido a su alrededor por toda la vida. Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio sistema de valoración.
Si pensamos que podemos ganar Q.20,000 al mes algunos, dirán sí es posible y otro pueden pensar imposible, de acuerdo a nuestro sistema de valoración, tendremos cosas posible y otras imposibles, es como ir etiquetando (poniendo etiquetas) posible, imposible, fácil, difícil. Ponemos etiquetas a las cosas: hacer ejercicio-bueno, comer comida chatarra-malo, estudiar-bueno. Los fracasados tienen un sistema de valoración o de etiquetado, equivocado; lo tienen de manera opuesta (al revés), porque las personas que los han rodeado se los enseñaron de esa manera.
Si en la casa tenían malos hábitos alimenticios, aprendieron que era normal; este es un mal etiquetado. Si no hacían ejercicio o incluso, lo rechazaban, es otro mal etiquetado. Puede existir una persona que tenía un padre que toda la vida gano Q. 5,000 y le enseñó que ganar más era muy difícil o imposible y le gravó en su mete una mala valoración o etiquetado.
En conclusión, debemos valorar las cosas bien, de la manera correcta, de lo contrario, nuestras creencias son erróneas y si en nuestra mente no existen las creencias correctas, no podremos alcanzar los objetivos que nos propongamos.
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Lic. Oswaldo Morales
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