¿Es usted un líder? ¿Aspira usted a convertirse en uno? ¿Trabaja usted para un líder?
Aunque todas las personas tenemos el potencial de convertirnos líderes las estadísticas demuestran que solamente 1 de cada 20 personas realmente piensan, sienten y actúan como tal. Si bien es cierto, popularmente se cree que el liderazgo es una característica con la que se nace, los expertos y estudiosos del desarrollo humano han demostrado que los líderes no nacen sino que se hacen. ¿Y cómo se hacen? Quienes han desarrollado cuando menos hasta cierto punto la habilidad de liderar a otras personas lo han hecho emulando la actitud y el comportamiento de algún o algunos líderes que conocen y de quienes aprendieron; y quienes lo desarrollan en mayor medida lo consiguen porque además decidieron estudiar específicamente el tema para entenderlo e internalizarlo.
Siendo que el liderazgo es un tema muy amplio y profundo de discutir y abarcar; este artículo pretende llevar a nuestra atención a uno de los puntos a mi manera de pensar más importantes e impresionantes de ser un líder o de estar en contacto con uno; me refiero a cómo una persona es retada y al mismo tiempo inspirada por su líder.
Todas las personas tenemos que tomar decisiones todo el tiempo, y el producto de estas decisiones siempre nos lleva a actuar de cierta forma y de esto a cultivar ciertos resultados en nuestra vida; aquí es donde entra la influencia que un líder puede tener en nuestras vidas ya que éste será alguien que nos ayude a mejorar estos resultados precisamente dándonos un gran servicio. Este servicio consiste en hacer algo que pocas personas están dispuestas a hacer por otro ser humano, me refiero a no ver en nosotros y conformarse con que nuestras limitaciones, nuestros errores y en general nuestra actitud (muchas veces negativa o indiferente) nos define como personas sino que a pesar de ello son capaces de ver nuestro potencial y sostienen en su visión de nosotros lo que podemos llegar a ser. El servicio que nos prestan no termina aquí pues continúa con la forma en la que nos tratan, y ésta es de acuerdo con esa visión que incluye nuestro potencial ya desatado.
En realidad resultaría mucho más fácil para ellos simplemente pensar que no vale la pena usar su tiempo y desgastarse en sostener esa idea de nosotros y más aún en apostar por nuestro potencial y quedarse cerca siendo un fuerza influenciadora positiva, mientras seguimos todavía enrolados en nuestros viejos y destructivos hábitos.
Si reflexionamos y consideramos verdaderamente sobre el valor tan grande que tiene el que otra persona use su propia energía y tiempo en pensar bien de nosotros y tenernos Fe, notaremos que se trata de uno de los regalos más valiosos que alguien podría darnos jamás.
Aprendamos pues a apreciar y aprovechar al máximo este servicio cuando alguien esté dispuesto dárnoslo y más aún atrevámonos a prestar este gran servicio de amor a personas en nuestra familia y nuestra comunidad.
“Si yo te acepto como eres y te trato de acuerdo a como te comportas, yo te haré decaer; sin embargo, si te trato como si ya fueras lo que tienes el potencial de llegar a ser, te ayudaré a convertirte en eso.”
Johann Wolfgang von Goethe
1749-1832, Autor y Filósofo Alemán
Alejandro Larrave
alarrave@motoresymas.com