EL PASADO Y SU HUELLA EN EL PRESENTE 
“No es el futuro al que temes. Es repetir el pasado lo que te pone ansioso…” desconocido
El pasado siempre deja una huella; el problema es que, al final, las memorias hacen que juzguemos las situaciones desde esa perspectiva que no siempre es atinada y, a veces, hasta va en detrimento de la experiencia nueva si siempre se asocia a las anteriores.
Por ejemplo veamos dos situaciones parecidas:
- Mi exesposa murió. Yo la amaba. Ella solía ponerse un perfume de flores muy agradable… ¿qué pasa ahora cuando salgo con alguien que usa el mismo perfume?
- Mi exesposa me dejó. Me odiaba y hacía difícil la vida, es un alivio que ya no esté… ¿qué pasa en el presente cuando salgo con alguien que se puso el mismo perfume?
¿Cómo afectará esto mis vivencias del presente?
En el primer caso, la sola presencia del olor hará que se me active cierta nostalgia y si tengo pendiente de procesar algo con respecto a esa pérdida, lo más probable es que hasta entre en lágrimas sin querer. ¿Cómo le afectaría esto a la relación nueva que estoy intentando crear?
En el segundo caso puede ser sutil y, de hecho, hasta me puede pasar desapercibido si me descuido y, entre el olor y el recuerdo podría ponerme irritable y nervioso, como a la defensiva… ¿qué podría causar esta actitud mía en la nueva relación que intento crear?
Si no estamos conscientes de los recuerdos es altamente probable que reaccionemos al presente basados en el pasado y esto no siempre es a favor del potencial constructivo o realista de las circunstancias presentes.
Este mecanismo de la mente no es malo, de hecho nos facilita aprender del pasado y evitarnos problemas “predecibles”. El único inconveniente es cuando se activa y no estamos lo suficientemente conscientes de cómo el pasado está interviniendo en el presente.
Para vivir asertivamente hace falta tener siempre la mente abierta y objetiva. Mantener monitoreado el interior, conociendo la diferencia entre lo que puedo estar sintiendo por recuerdos pasados y lo que la actualidad verdaderamente demanda. Saber discernir los hechos de lo que no sabemos y tiene su origen en la imaginación y la memoria.
Porque el miedo que se estanca en la memoria es un limitador del potencial del presente.
¿Qué Hace?
Naturalmente, ¡recomiendo estar atentos! No dejarse llevar por las emociones de ningún tipo y analizar siempre antes actuar cuál es la experiencia interior que estamos teniendo como reacción y cuál es el camino que queremos que tome el presente y el futuro, evaluándolo objetivamente de acuerdo a su propio potencial y particularidades.
¿Cómo se hace?
Cuándo detectes la presencia de emociones, especialmente las fuertes, con respecto a algo: detente unos minutos a contemplar en silencio qué está pasando por tu mente… qué pensamientos son los que están creando esa experiencia. Luego decide si quieres continuarla o no.
Silvia Larrave
Del libro “Ecuanimidad, en Busca de la Liberación del Sufrimiento”
