Los equipos de trabajo y, en general, cualquier grupo de personas, tienen algunas cosas en común, por ejemplo, que las personas que los conforman se integran para establecer una relación simbiótica, es decir, de beneficio mutuo. El grupo gana por el servicio que el individuo leofrece y el individuo gana por la retribución que el grupo ofrece de vuelta. Una vez se establece esta unión en búsqueda de un beneficio mutuo, se hace muy interesante estudiar lo que hace que las personas permanezcan en ese estado de intercambio benéfico por períodos prolongados. Resulta claro y hasta obvio, que si alguna de las partes, el grupo o el individuo no recibe a cabalidad aquello que acordó a cambio de lo que da a la contraparte, pronto se romperá la mencionada simbiosis y la relación no podrá continuar.
En numerosas ocasiones, las expectativas de los individuos y las de las organizaciones a las cuales se integran, van cambiando y evolucionando con el tiempo; los objetivos de hace un año ya no son los mismos para el año próximo. Este cambio contínuo se convierte en una problemática y un conflicto que requiere ser administrada y liderada adecuadamente si se pretende que la relación siga dejando beneficio mutuo.
Resulta realmente interesante notar cómo este mencionado conflicto sólo podrá ser resuelto en simbiosis si existe verdadera confianza, en que el liderazgo que se está aplicando para integrar y mover al grupo realmente busca y logrará el bien para todas las partes. Ahora bien, lo que es realmente importante de esto es estudiar y comprender cómo se origina y cómo se desarrolla esta confianza sin la cual el grupo simplemente no tiene futuro.
Los maestros y estudiosos del liderazgo nos enseñan que el origen de esta confianza, que representa el terreno firme para cualquier organización, se compone de 3 ingredientes fundamentales:
El líder del grupo debe tener un carácter que comunique:
1) Coherencia: Esta característica es fundamental y está presente en las personas que tienen fuerza interior y se nota porque lo que dicen, lo cumplen. En cambio las personas con poca fuerza interior cambian su capacidad de desempeño constantemente y con frecuencia son incoherentes.
2) Potencial: Esta característica es producto de la preparación y la determinación de un individuo. Se es una persona altamente competente y con mucho potencial cuando se combina talento con un carácter disciplinado y se muestra una verdadera consideración personal hacia la gente con quien se trabaja. Se hace notorio cuando se obtienen resultados y hay hambre por más.
3) Respeto: Esta característica requiere también de mucha fuerza interior y cuando está presente se nota, porque las personas respetables admiten sus errores, anteponen sus planes personales a lo que es mejor para la organización y toman sabias decisiones.
El buen carácter de un líder infunde confianza a sus seguidores, pero cuando éste quebranta esta confianza, simplemente pierde su capacidad de dirigir.
Alejandro Larrave
“Ningún hombre puede escalar más allá de las limitaciones de su propio carácter. Y un carácter débil lo limita en su potencial, respeto y confiabilidad.”
John Morley(1838–1923)Político y autor Inglés