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Funcionamiento de la batería de tu vehículo

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La batería es el elemento básico de reserva de la energía necesaria para el arranque del motor y para el funcionamiento de las luces y componentes cuando aquel está parado…

La potencia máxima de energía se le exige a la batería al encender el auto. El arranque de un motor de combusti ón, por medio del motor de arranque, requiere durante un breve espacio de tiempo, corrientes muy elevadas de cientos de amperios. La batería de arranque debe cumplir este requisito también en invierno, a bajas temperaturas. Además el voltaje eléctrico no puede reducirse considerablemente durante el proceso de arranque. Es por ello que las baterías de arranque disponen de una resistencia interior pequeña.

Las baterías son circuitos en línea de celdas de acumuladores de plomo, con un voltaje nominal de 2,12 voltios por celda. Para conseguir un voltaje 12V se necesita un circuito en línea de 6 celdas por batería. Cada celda, consta de dos juegos de placas, o electrodos inmersos en una solución de agua y ácido sulfúrico llamado electrolito. Un juego de placas esta hecho de peróxido de plomo y el otro, de plomo poroso.

El funcionamiento de una batería está basado esencialmente en un proceso reversible llamado reducción-oxidación (también conocida como redox), un proceso en el cual uno de los componentes se oxida (pierde electrones) y el otro se reduce (gana electrones). Al funcionar la celda, el ácido reacciona y convierte la energía química en energía eléctrica. En las placas de peróxido de plomo se genera carga positiva (+) y en las de plomo poroso carga negativa (-).

La corriente eléctrica, que se mide en amperios, circula por el sistema eléctrico desde una terminal de la batería hasta la otra, activando el electrolito. Conforme continúa la reacción química, se forma sulfato de plomo en la superficie de ambos juegos de placas, y el ácido sulfúrico se diluye gradualmente. Cuando la superficie de ambos juegos de placas se cubre completamente con el sulfato de plomo, se descarga la batería. Al recargarla con una corriente eléctrica, las placas vuelven a su estado original, y el ácido sulfúrico se regenera.

A pesar del gran esfuerzo realizado en investi gación de los diferentes tipos de materiales, las baterías de plomo ácido son las preferidas e insuperables por el gran número de aplicaciones que tienen. El plomo es abundante y no demasiado caro, y es por esta razón es idóneo para la producción de baterías de buena calidad en grandes cantidades.

Su capacidad se mide en amperes/hora. Una batería de 56 amperes/hora deberá ser capaz de suministrar una corriente de un amperio durante 56 horas. Pueden hacer falta hasta 360 amperes para encender el vehículo, mientras que para una sola luz de posición, sólo es necesario medio ampere.

Con el tiempo, las baterías dejan de funcionar y no se pueden recargar, debido a que las placas están cubiertas con una capa de sulfato tan gruesa, que la carga no pasa a través de ellas, o bien las placas se desintegran, o hay fugas de corriente entre las placas de la celda, lo que puede provocar un cortocircuito.

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