¿Cuál fue exactamente el escándalo de las emisiones de Volkswagen en USA?
¿Qué hizo Volkswagen en los vehículos?
Instaló un software capaz de reconocer que el carro era sometido a un control de contaminación, para a continuación activar una serie de medidas para que el nivel de emisiones se mantuviese dentro de los límites legales.
El sistema se apagaba cuando el vehículo era usado con normalidad, pero entonces ya contaminaba entre 10 y 40 veces más de lo permitido en los USA. La medida no es ni novedosa ni sofisticada.
La reprogramación electrónica es el camino más sencillo y barato para modificar el rendimiento de un motor.
¿A qué automóviles afectó? ¿Ha sido sólo en EEUU?
La EPA (agencia medioambiental de USA) señaló 482,000 carros de las marcas Volkswagen y Audi vendidos en USA entre 2009 y este mismo año.
En concreto, se trata de los modelos Jetta, Golf, Passat y Beetle, además del Audi A3. Todos equipados con motores diésel TDI de cuatro cilindros.
No obstante, la empresa ha reconocido que en todo el mundo hay 11 millones de vehículos con ese mismo propulsor, conocido internamente como EA189 y con ese software.
¿Cómo se arregla el defecto? ¿Qué puede hacer alguien con un carro con este software?
La solución es tan sencilla como el engaño. Se carga una nueva programación electrónica, que ya no incluya esta “irregularidad” y tema resuelto.
La cuestión no afecta a la seguridad, aunque el carro perderá valor.
¿Cómo se descubrió el engaño?
La EPA comunicó su investigación a Volkswagen la primavera del año pasado, después de que la Universidad de Virginia realizara unas pruebas a varios vehículos diésel y comprobara la existencia de grandes diferencias entre las emisiones (de NOx) declaradas y las reales: hasta 35 veces más en el caso de un Jetta y 20 veces más en un Passat.
¿Y quién le había puesto sobre la pista a la Universidad?
La ONG International Council of Clean Transportation (ICCT), que ya había quedado sorprendida al realizar, aunque de forma menos rigurosa, unas pruebas por su cuenta. En ellas también se testó un BMW X5, con el que se obtuvieron valores razonables.