La formación de gas natural se debe a procesos similares a los de formación del petróleo. Se encuentra junto al petróleo en casi todos los campos de explotación (gas asociado); pero, al mismo tiempo, existen campos de gas donde hay muy poco o no hay petróleo (gas seco o no asociado).
Químicamente, el gas natural es una mezcla de hidrocarburos de bajo punto de ebullición. El metano es el componente que presenta mayor concentración, con pequeñas cantidades de etano y propano. El azufre, el nitrógeno y el dióxido de carbono son elementos que pueden estar incluidos en el gas natural, según la procedencia de éste.
Su composición global depende del lugar de extracción. Como el número de octano del gas natural es de 130, la relación de compresión se puede elevar a 15, por lo que el rendimiento del motor térmico mejora notablemente. La combustión del gas natural es bastante limpia, con bajas emisiones de componentes volátiles.
Una razón importante del incremento en la utilización de gas natural en vehículos durante los últimos años ha sido su beneficio ambiental. Comparándolo con los vehículos que funcionan con gasolina o gasóleo, tienden producir menos emisiones de carácter local y menos gases de efecto invernadero. Las emisiones de los motores actuales de gas natural están enmarcadas dentro de lo que se denomina vehículos ecológicamente mejorados (VEM).
El gas natural utilizado en camiones y autobuses ofrece ventajas muy significativas respecto a la utilización de gasóleo:
- Emisiones de HC, CO y NOX menores.
- Emisión de partículas despreciable.
- Emisión de SO2 despreciable.
- Nivel de ruido inferior.
- Menores emisiones de CO2.
Otra ventaja importante es la realización de un menor mantenimiento al vehículo, debido a que su combustión no produce depósitos de carbono en las partes internas del motor, contribuyendo a prolongar la vida útil del aceite lubricante. Los vehículos de gas natural comprimido están siendo utilizados ampliamente en el mundo; así destaca Argentina, donde más de 1,650,000 de vehículos circulan satisfactoriamente por sus carreteras. En España ha comenzado a utilizarse en el transporte público, autobuses y taxis.
FUENTE:
– Aparicio Izquierdo, Fco. et al. 2008. Ingeniería del Transporte. Cie Inversiones Editoriales Dossat 2000. Madrid, 486 pp.
– Canseco Medel, A. 1.968. Tecnología de Combustibles, Departamento de Apuntes y Publicaciones de la E.T.S. de Ingenieros de Minas, Madrid, 273 pp