Debemos considerar al desgaste como el movimiento de una superficie con respecto a una sustancia y no con respecto a otro cuerpo. La definición no se limita solo a la interacción entre cuerpos sólidos, sino que en términos de todo cambio que afecte el desempeño de una pieza o parte de una máquina, por algún tipo de roce con otro cuerpo o un fluido.
El desgaste adhesivo es el resultado del movimiento relativo de deslizamiento entre dos superficies, bajo carga normal, sin lubricación o lubricación marginal. Entre las asperezas superficiales en contacto forman puntos de unión, dicho desgaste ocurre cuando las superficies se separan, una de ellas arrastrará material de la otra.
Este es muy común en el momento de arranque del motor a bajas temperaturas o cuando la viscosidad del lubricante es un Monogrado.
Se le asocia a procesos de desgaste localizado, sin modificación de la forma general, donde el lubricante no tiene suficiente espesor como para separar las superficies y evitar el contacto entre metales.
Representa la más severa de las agresiones a la que se ven expuestos aros de pistón y camisas de cilindro de motores diésel, al quemar combustibles de bajo contenido en azufre. Al afectar simultáneamente a estos dos elementos básicos de la cámara de combustión, repercute negativamente, tanto en la continuidad del servicio del motor, como en los costes asociados a la restitución de las condiciones nominales de trabajo.
Ante una excesiva capacidad de neutralización del lubricante en los cilindros, bien por un alto TBN del aceite, la reserva alcalina basada en aditivos de carbonato cálcico que no encuentran suficiente ácido sulfúrico para combinarse, forma depósitos en la corona del pistón, espacio comprendido entre la primera ranura y la cara del pistón expuesta a combustión, en forma de cenizas de muy alta dureza.
Estas cenizas se adhieren a la corona del pistón ocasionando un ligero desgaste abrasivo de las camisas del cilindro que permite cada vez mayor acumulación de cenizas de alta dureza.
Estas cenizas presentan una gran avidez por la absorción del lubricante, lo que lleva a un insuficiente reparto del mismo, así como al bruñido de la camisa, con lo que el lubricante perderá opciones de encontrar pequeñas imperfecciones donde depositarse para cumplir su función. La acción correctora más eficaz, hasta el momento, ha sido reducir el TBN del lubricante, aún sin demostrar ser una correcta solución.
Formas evitarlo:
• Lubricar cuando sea posible. Aún siendo inadecuado reducirá el desgaste (formación de un delgada capa de óxido reduce la fricción).
• Utilice materiales de distinta naturaleza.
• Si no hay problemas con ciclos de tensiones repetidos, entonces un alto nivel de dureza puede ser beneficioso.
• Utilice superficies con bajos niveles de rugosidad.
Ing. Leonel Gamboa
Consultoría y Capacitaciones en Mantenimiento
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