Después de interactuar un poco con un equipo de personas, rápidamente, y con simple observación, se notan rasgos individuales de cada uno, como ejemplo: quienes de los miembros son positivos, negativos, líderes o seguidores.
Se requiere mucha más observación por períodos prolongados y en especial, de momentos donde las personas experimentan presión y estrés para poder concluir quiénes de los miembros son fuertes y quienes son débiles. Esta observación es importante, pues permite juzgar y especular sobre la fuerza y capacidad que un equipo pueda o no tener, para lograr sus objetivos y conquistar resultados interesantes o para terminar perdedor.
Un aspecto importantísimo a reconocer es que cada equipo requiere diferentes talentos y fortalezas y, muy especialmente, que no cualquier persona es apta para ser parte del equipo que usted lidera.
- No todos quieren, algunas personas no tienen la actitud para ser parte de su equipo y otras, simplemente, no desean pagar el costo de oportunidad de ser parte de él.
- No todos deben; algunas personas tienen otros planes, otras metas y sencillamente deben estar en otra parte caminando su propio sendero.
- No todos pueden; algunos no tienen la capacidad de llevar el ritmo que su equipo exige o no están calificados en talento o fortaleza para lo que el equipo demanda.
El efecto de tener miembros débiles como parte del equipo
Si usted es un líder, no puede evitar tener que lidiar con las partes débiles de su organización. Eche un vistazo de los efectos de mantener eslabones débiles como parte del equipo.
- Los miembros más fuertes identifican al más débil: la debilidad no se puede ocultar, excepto en medio de un grupo de personas débiles. Si en su equipo hay personas fuertes, ellos siempre saben quién es el que no está alcanzando el nivel requerido.
- Los miembros más fuertes tienen que ayudar al débil: Sólo hay 2 alternativas cuando hay un compañero débil: pueden ignorar la debilidad presentada y dejar que todo el equipo sufra las consecuencias o ayudarlo para que alcance las metas.
- Los miembros más fuertes llegan a resentirse con el débil: Sea que los miembros más fuertes ayuden o no, siempre el resultado es resentimiento. A nadie le gusta perder o rezagarse continuamente por la debilidad de otra persona.
- Los miembros más fuertes perderán efectividad: Cuando además de la propia carga se tiene que llevar la de otro, el rendimiento se pierde.
- Los miembros más fuertes ponen en duda la capacidad del líder: Cada vez que el líder permite que la debilidad siga siendo parte del equipo, los miembros que se ven forzados a compensar el déficit, comienzan a poner en duda la capacidad del líder y le pierden respeto.
Si bien es cierto, desde la perspectiva del liderazgo no se puede evitar tener que lidiar con las partes débiles de una organización, siempre es fundamental tomar acciones constantes y oportunas para fortalecer a los miembros del equipo y al equipo como tal. Estas acciones clave, indistintamente al tipo de equipo que se trate, son:
- Seleccionar sólo a los mejores: Un buen sistema de selección que ponga a prueba a los candidatos y verifique que tienen lo necesario es fundamental para fortalecer al equipo.
- Entrenar juntos y medir el desempeño: En los deportes resulta obvio, pero en los negocios también es necesario hacerlo constantemente, si se desea crear efectividad y buen ritmo de trabajo.
- Permitir que sólo los aptos se queden: Un equipo que no depura y se libera de los miembros que no tienen para dar lo que el equipo exige, es un equipo que no pasará de la mediocridad.
Alejandro Larrave
“En los negocios y los deportes, el equipo con los jugadores más fuertes gana. El equipo que acepta jugadores débiles pierde”.
John Francis “Jack” Welch, Jr. Es un autor y ejecutivo de negocios Estadounidense. (1935)