Estimado Lector, muchas veces nos acostumbramos a creer que los resultados que vamos a obtener a partir de nuestros esfuerzos personales o del negocio dependen únicamente de las acciones que nosotros o nuestros empleados…
llevamos a cabo momento a momento y por ende perdemos de foco estudiar con qué actitud nosotros o nuestros dependientes ejecutamos dichas acciones.
Escoger correctamente las actividades a realizar sin duda es una tarea muy importante y fundamental (planeación), y responde al haber definido nuestra visión con claridad. Planear es pues una actividad que constantemente deberemos atender si deseamos éxito; ahora bien, una vez el plan está actualizado, lo siguiente es ejecutarlo con excelencia. Pero, ¿Qué hay detrás de una ejecución impecable? Los aspectos clave que resaltan son: A) Las acciones o pasos a seguir y B) La actitud con que dichas acciones o pasos se ejecutan.
Podemos entonces entender que no basta con comunicarle a nuestro equipo de trabajo lo que cada uno debe realizar expresado en acciones, pasos o procedimientos; también se hace necesario modelar, transmitir, contagiar y monitorear la actitud que debe tener el ejecutor de dichas acciones.
Para poder influir sobre nosotros mismos o sobre nuestros colaboradores en materia de “La Actitud Correcta” debemos tener en cuenta cómo se conforma una actitud en cualquier ser humano. Para fines prácticos, definiremos Actitud como el resultado de las ideas positivas además de las ideas negativas que una persona tiene respecto a una tarea a realizar. Por ejemplo, ante la solicitud de realizar una tarea o trabajo, el responsable de hacerlo siempre tendrá ideas y asociaciones al respecto de lo que se le solicita, casi siempre ocurre que una persona tiene, tantas ideas y asociaciones positivas como negativas respecto de lo que analiza. Todas estas ideas o asociaciones no son otra cosa que emociones y sentimientos negativos como: alegría, gozo, paz, sinergia, amor, etc.
Cuando se nos plantea llevar a cabo una acción, respondemos a ella con la suma de todas nuestras ideas, asociaciones y sentimientos; los positivos suman, los negativos restan y el resultado es nuestra actitud. Cuando se tiene una actitud “negativa” ante algo, es porque se tienen menos ideas y sentimientos positivos y más de los negativos. Cuando se tiene una actitud “positiva” es porque se tiene menos de las negativas y más de las positivas.
Lo importante de esto es saber y entender que estas pueden cambiar si lo deseamos. El arte de la auto motivación es la capacidad de elegir a voluntad las ideas y sentimientos que tendremos de forma que mejoremos nuestra actitud ante los retos que se nos presentan. Una de las técnicas frecuentemente usadas para alterar las propias ideas y asociaciones al respecto de algo es repasar y grabar en nuestra mente y memoria, asociaciones negativas que serán consecuencia de no lograr el objetivo planteado así como paralelamente repasar y grabar en nuestra mente y memoria asociaciones positivas que serán consecuencia de llevar a cabo nuestra tarea.
Es de esta forma que el sistema de creencias de una persona puede alterarse a favor del logro de sus metas y objetivos así logrando con esto instalar una actitud que junto a la ejecución de las acciones planeadas, dé como resultado el éxito.
Frase del Mes:
Las actitudes son más importantes que las aptitudes.
Winston Churchil (1874-1965) Político Británico.
